martes, 2 de noviembre de 2010

Tiempo de juego / Carrusel deportivo

            Han pasado ya algunos meses desde el paso a la COPE del grueso de redactores deportivos de la Cadena SER. Es tiempo suficiente para haber obtenido algunas concluisones sobre el movimiento mayor en la radio española deportiva desde los tiempos de José María García.


            Está muy claro que la COPE ha metido un golazo a la SER: ha adquirido por sorpresa uno de sus programas estrella, al modo IKEA, comprando sus módulos y montándolo en casa. Por eso, este pseudoCarrusel de la COPE solo tiene de sorpresa que se emita entre cuñas eclesiásticas. Es el mismo programa, salvo ajustes, que el que conocíamos antes: la magistral y ágil conducción de Paco González, la imprescindible naftalínica aportación de Pepe Domingo Castaño, las unineuronales aportaciones de Poli Rincón… Con esos ingredientes se elabora un milagroso producto positivo, salado, con cierto sonsonete a lo Cuéntame que consiguen salvar las aportaciones de Hevia y una sensación de que, por suerte, los protagonistas del programa no se toman ni a sí mismos ni al fútbol demasiado en serio. Un enorme programa de radio.  


            Por tanto, es de esperar que en los resultados del EGM Tiempo de juego de la COPE barra a todos los demás, porque ofrece el mismo producto que ya sabíamos que funciona. No está tan claro qué será del nuevo Carrusel de Javi Hoyos y Juanma Ortega, que nace con algunos problemas de identidad. A su favor hay cierta impresión de tener muchas ganas, de dejarse la piel, de saber que somos la SER y que eso ya es algo, así como de tener a Lama (que siempre me ha sonado mucho a COPE) como contrapeso y beneficiarse del aura de Joserra. Por buscar lo óptimo diferencial en los nuevos deportes de la SER, sigo creyendo que Laura Martínez es la persona ideal para dirigirlos, porque en Barcelona conocemos su trayectoria, que está a años luz de la imagen de reportera buenachica-eficiente-vozsensual-peroellanolosabe que a veces le se detectaba en sus colaboraciones para Carrusel. Su modelo amable, creativo, de radio deportiva que filió en la antes inmejorable La gradería de Radio Barcelona no sé si es aplicable en lugares donde aún apenas se sabe vocalizar la palabra “gol” ni construir una frase entera con la estructura Sujeto-Verbo-Complemento. En la Eurocopa 2008 Laura dirigía un breve programita que, con su carácter de complemento de la programación troncal, me pareció de lo mejor de entonces; por ejemplo, en vísperas de la final entre España y Alemania, se le ocurrió preguntar a periodistas alemanes cuáles eran los nombres de futbolistas españoles más difíciles de pronunciar para ellos a la hora de retransmitir un partido. ¡Brillantísimo! Ibidem, en la anterior entrada de este blog.       


Quizá algo así necesite ahora la SER, superar modelos que parecen insuperables (el de su exCarrusel) con nuevas aportaciones, porque el producto de la COPE es el mejor, y si se le quiere igualar solo puede fracasarse, y la SER no es una emisora de quiero y no puedo. Tampoco es una emisora de muchos riesgos, sino de tener cinco o seis ideas brillantes en cada lustro y desarrollarlas bien. Por eso, sería oportuno buscar, con Laura y con los que puedan, un periodismo deportivo que, dicho en lenguaje cursi, se reinvente. Tal vez los oyentes somos los que somos, pero si se nos da langosta en vez de surimi, con el tiempo sabremos valorarlo. Somos el país que somos, pero hasta nosotros somos receptivos. Por eso si, a día de hoy, lo que ofrece ha SER es haber cambiado a Poli Rincón (qué alivio!) por Tomás Roncero (me ahorraré calificativos), es como si estuviera reconociendo de antemano una gran derrota.